Fue antes de ayer, sin ir más lejos, que fui a la Feria de Empleo de la Universidad Complutense de Madrid, y lejos de interesarme los stands en los que se encontraban grandes y medianas empresas que no ofrecían más que prácticas y poca proyección profesional, mi atención recayó sobre un atuobusito que estaba alejado de la carpa. Lo vi cuando salí del metro, acelerada porque llegaba tarde, y lo volví a ver, cuando huía despavorida de la carpa y su organización y sus promesas de humo.
No subí siquiera, desde abajo un voluntario me informó de todo. Finalmente una iniciativa de bookcrossing. Algo que yo siempre he querido hacer de manera espontánea con el “El vendedor de Tiempo”, de Fernando Trías de Bes, y que se quedó en el tintero, empapándose junto a otros proyectos.
Pues resulta que el Ayuntamiento de Madrid necesitaba destinar algún proyecto a causas sociales y lo sacaron a concurso. Y esta iniciativa fue la ganadora: la mayor liberación de libros de la historia.
El 14 de noviembre 30.000 libros donados por editoriales, serán liberados (que no abandonados) por toda la ciudad, y los lectores tendrán forma de dar constancia de ello a través de la página web.
Los fondos que se recauden, - Mahou, patrocinadora de la iniciativa, donará 3€ por cada título que se registre, - irán a parar a un proyecto de inserción laboral para jóvenes en riesgo de exclusión, que, con los tiempos que corren es la mejor cosa que se podía hacer.
Finalmente se une la cultura, las ganas de aprender y viajar leyendo con un problema social llamado paro que trae cola.
¡Qué buena idea!
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